jueves, marzo 16, 2006

Victimas de la incomprensión

Es este un país incomprensible. No lo digo yo, lo dice Sfer2000 y lo dicen los telediarios: mientras los inmigrantes que quieren trabajar en España se matan saltando la valla, a los futbolistas extranjeros les aceleran los trámites para jurar la Constitución en tiempo récord. Cientos de subsaharianos hacían los últimos ajustes a sus escaleras artesanales para intentar saltar una valla y escapar de la miseria. Dos formas distintas de entrar en un país, de ser acogidos, de salir en los telediarios.

El interés de Laporta, nacionalista confeso porque sus jugadores juren la Constitución española tiene su gracia. Pero no mucha, y además ése es otro asunto. Lo que sí resulta curioso es cómo el Estado supo valorar el problema de Ceuta y Melilla, y tomar una decisión a la altura de las circunstancias: subir la valla de tres a seis metros. Ahora, varios muertos después, es el mismísimo Zapatero quien ordena la retirada de las furgonetas de cerramientos metálicos y la llegada del todopoderoso ejército español. ¡Que tiemblen los moros, como temblaron cuando Perejil!