domingo, diciembre 31, 2006

¡No! a la pena de muerte

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Aunque Saddam Hussein haya sido lo que fue y merecía estar encarcelado para pagar por su s crímenes de lesa humanidad, ningún país tiene derecho de intervenir en la ejecución de nadie como lo ha hecho el gobierno de Estados Unidos con este hombre, afectando su derecho a un juicio justo.

Hay muchos en el mundo que siguen violando los derechos humanos y masacrando pueblos de hambre o por las guerras y no se les ejecuta ni se les enjuicia sino que se les cataloga de héroes defensores de los derechos humanos. Condeno la pena de muerte bajo cualquier circunstancia.

Como quiera que sea la muerte de Saddam a manos del gobierno títere de Irak es una vil y cobarde venganza, una violación del derecho a la vida de un ser humano, un cobarde asesinato, Rechazo de plano la pretensión de cualquier gobierno de adjudicarse el derecho de dar muerte a sus cuídanos por falsos medios legales de la condena a muerte, lo cual es un vulgar asesinato como cualquier otro.

“Los derechos humanos y el derecho internacional, han sido violentados una vez más en el Irak ocupado, bombardeado y sometido a las máximas vejaciones, torturas, atropellos, y a un genocidio cruel, que han pretendido justificar con pretextos y mentiras, descubiertas y evidenciadas, en todo el mundo”.

Me es imperioso condenar este crimen perpetrado por motivos políticos, instrumentalizando la justicia, que ha sido manipulada y puesta al servicio de los poderosos.

“Al condenar este asesinato oficial de las autoridades impuestas al Irak ocupado, me estoy sumando a las voces de protesta de múltiples entidades por semejante atropello a la dignidad humana y al clamor de la humanidad de lograr un mundo de paz, y que exige el inmediato retiro de las fuerzas de ocupación, y el retorno de Irak a su plena soberanía, a su derecho a la paz, y a la restitución de su dignidad y su vida independiente”

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viernes, octubre 06, 2006

Análisis político

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Los especialistas en el análisis político suelen dedicar muchos esfuerzos, tras unas elecciones, a diseccionar los resultados obtenidos por cada grupo político para intentar explicar las causas de sus avances o retrocesos en el número de votos. Por ello quizás dentro de unos años, habrá mucha gente estudiando el proceso que ha conducido al PP al borde del suicidio como entidad política.
Quizás entonces alguno encuentre explicación lógica para esa deriva trágica de sus líderes hacia el histrionismo, la desvergüenza, la mentira más descarada, la manipulación repetida e insistente; quizás dentro de unos años, alguien tenga la suficiente perspectiva para encontrar las razones de que el principal partido de la oposición haya permitido el secuestro de sus ideas y programas por parte de un grupo de señoritos resentidos incapaces de elaborar un discurso que no dañe a la inteligencia de los demás y al sistema democrático de este país.

Sus mentiras forman parte de una estrategia de manipulación consciente y abierta, que pese a haber sido desmantelada varias veces por los argumentos de la razón que solo admite datos reales, ha provocado una crispación creciente y un estado de descrédito y desánimo que se extiende por el electorado, no solo de este partido sino de todo el arco político. Han pretendido ensuciar a los tribunales y jueces, a la policía, a los técnicos, a los fiscales, al gobierno, a las instituciones. Para ellos es suficiente razón encontrar un paquete de tabaco de la misma marca para entender demostrada la relación entre terroristas islámicos y ETA. Confunden sus deseos con la realidad.
Y con el peso de semejante argumento y el altavoz que le presta otra institución en vías de suicidio y extinción como es la Iglesia y sus portavoces radiofónicos, la estrategia de tierra quemada va preparando el camino hasta el espectáculo final, que tendrá traca y artificio al más puro estilo valenciano gracias al señorito Zaplana, morenazo de ocasión y rayos UVA, que quizás así pretende huir o retrasar la labor de otros tribunales que le investigan por sus fraudes urbanísticos.
Con Aznar voceando el fin del mundo a diestro y siniestro por toda Universidad extranjera que le preste oídos, con Acebes, su profeta, encargado de administrar el futuro trágico que nos aguarda ante los desmanes y atrocidades del gobierno rojo (regreso de las tropas españolas de Irak, matrimonios gays, ley de Educación, desmantelamiento del Estado y desmembración de España, pérdida de las esencias patrias y los valores eternos), han pretendido resucitar el espíritu nacional más rancio desde la era franquista.
Más que olor a infierno y carne quemada, aquí ha empezado a oler a sacristía podrida y frío cuartel. ¿Será para tapar el olor del ladrillo y el cemento? ¿el olor del sobre bajo cuerda en algunos despachos oficiales? ¿será para evitar que algún día se juzgue a los responsables de aquel gobierno que permitió o no supo evitar, porque no se enteró de nada, que ocurriera aquel atentado? Todo se verá. No olvideis que antes se coje a un mentiroso que a un cojo.

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jueves, marzo 16, 2006

Victimas de la incomprensión

Es este un país incomprensible. No lo digo yo, lo dice Sfer2000 y lo dicen los telediarios: mientras los inmigrantes que quieren trabajar en España se matan saltando la valla, a los futbolistas extranjeros les aceleran los trámites para jurar la Constitución en tiempo récord. Cientos de subsaharianos hacían los últimos ajustes a sus escaleras artesanales para intentar saltar una valla y escapar de la miseria. Dos formas distintas de entrar en un país, de ser acogidos, de salir en los telediarios.

El interés de Laporta, nacionalista confeso porque sus jugadores juren la Constitución española tiene su gracia. Pero no mucha, y además ése es otro asunto. Lo que sí resulta curioso es cómo el Estado supo valorar el problema de Ceuta y Melilla, y tomar una decisión a la altura de las circunstancias: subir la valla de tres a seis metros. Ahora, varios muertos después, es el mismísimo Zapatero quien ordena la retirada de las furgonetas de cerramientos metálicos y la llegada del todopoderoso ejército español. ¡Que tiemblen los moros, como temblaron cuando Perejil!